jueves, 21 de octubre de 2010

2 semanas





Ya es miércoles, llevo dos semanas en Cusco y aquí estoy como Juan José Millás, su columna y su Gin tonic de las 19.30, pero con mi mate y mi blog. Ahí voy. 

Hace solo cuatro días que no escribo, pero aquí han pasado mil quinientas cosas. En “Villa Betty” cada vez estoy más a gustito. Lavo a mano que es un primor verme, ya he encontrado sustitutivos peruanos a casi todas las cosas que me gustan y con la gente de la casa muy bien. Es un ir y venir de personas maravillosas de las que disfrutas intensamente durante unos días. Caminas un rato a su lado, aprendiendo, riendo, pasando por infinidad de cosas nuevas, y así sin más en unos días, te separas con tristeza para cada uno seguir con su vida. Lupe, Gonzalo, Lisa, María…. Solo en 15 días conocí y me despedí de cuatro personas, que me ayudaron a adaptarme a este escenario y se fueron dejando su huella en el proyecto, en la casa y en nosotras. ¡Fue un placer coincidir en esta vida!

El domingo pasado tuvimos un día puramente cultural. Boleto turístico comprado y a visitar la Capital Arqueológica de América Latina y PATRIMONIO CULTURAL DEL MUNDO. 

Primero Tambomachay, lugar de hospedaje del Inka, a 8Km de Cusco y 3800 m de altura. Después Puka Pukara, puesto de control de tránsito peatonal y administrativo que era cuartel y alojamiento con depósito de alimentos. Más tarde Quenqo, “laberinto”, santuario religioso para ceremonias de culto a la fertilidad. Y por último Saqsaywaman, restos y cimientos de una colosal construcción formada por tres series de defensa en bloques de piedra y unidas con gran precisión. Esto lo acabo de copiar del folleto para que lo leáis así más profesional. La anécdota de la excursión, es guay. En Puka Pukara coincidimos con un grupo de adolescentes peruanos en plena efervescencia, que tras pasar a nuestro lado un par de veces se llenaron de valor y nos pidieron una foto. Estaban en su viaje de fin de curso. La foto se convirtió en 33, pues todos y cada uno de la clase se quiso hacer una foto con las turistas.  Eso sí, las piedras ni de reojo. Tras la sesión nos despedimos, pero coincidimos con ellos en la salida. Fue el instante en el que Mari me dijo que nos podíamos cobrar la sesión pidiéndoles que nos llevaran en el bus. Ni corta ni perezosa Juliña se acercó al profe y amablemente se lo soltó. Tras asentimiento y gran sonrisa, nos convertimos en adolescentes en plena efervescencia y allí fuimos. Autobús y guía turístico por la cara, y nunca mejor dicho. 
El lunes al proyecto. A mis niños cada día les quiero más. Me encanta cuando subo la cuesta y me los voy encontrando. Ves donde viven. Lo contentos que están con lo poco que tienen. Subes al proyecto hablando con ellos, y muriéndote un poco mientras ellos corretean hasta la cima como si nada. Lunes, miércoles y viernes tengo que lavarle la cabecilla a mi protegida que está malita. Ya he convertido el lavado de cabeza en una sesión de belleza total. Aprovecho para lavarle a ella, cortarle las uñas a medio jardín de infancia, sonar los mocos a media montaña y repartir toallitas húmedas de bebé a diestro y siniestro. ¡¡¡Les encanta!!! Otro rollo. 

-          Profe, profe, profe me da una olorosita? 

Las tardes se hacen un poco más cuesta arriba porque hay muchísimos niños. Yo ya solo me encargo de los más pequeños. Leemos los libros de Pepa y Misi y hacemos muchísimas fichas. Muchísimas. No me dan las horas muertas para inventar chorradas. 

Como poco a poco confían más en nosotras nos van dando más responsabilidades. Igual demasiadas, pero es que hace falta.  El lunes llevamos una escuela de padres. El tema era “Cómo corregir a nuestros hijos”.  Si claro, a  los míos también.  La teoría se la saben de rechupete, y cuando intervenían decían lo que queríamos oír. Son muy listas pero pasan de sus hijos todo y más. De hecho, estoy segura de que la mayoría vienen a la escuela para que les den el material escolar, dicen cuatro cosas para quedar bien y listo. No todas, sí que hay alguna riquiña, pero en general…
Muchas de las madres no son mucho mayores que yo, sin embargo parecen mayorcísimas. Siempre con un bebito a la espalda y doscientos tres colgando de sus brazos. Es una locura. Y es dificilísimo introducir los métodos anti conceptivos. Lo ven fatal. A ver como lo hacemos. Espero con ansia a la Dra. Cordeiro y poder preparar un taller con su colaboración. Solo con que nos escuche alguna me doy por satisfecha. 

El martes, taller de adolescentes. De este ya os hablé. Es el de la obra de teatro. Creo que les gusta bastante. Leímos un poco “El principito” para ver como leen, vocalizan… toma de contacto con el escenario. Creo que esto va viento en popa. Lo mas coñeiro, un grupo que se auto nombra “Las divinas”. Ya nos enseñaron a Mari y a mí el saludo del grupo, ¡estamos muy dentro del mundo adolescente!

Este mismo día, me pidieron que me acercase al cole de un niño para preguntar por él ante la sospecha de que no asiste a clase. Tras informarme un poco acerca de su vida, que me dejó nuevamente un poco embajonada, bajé al cole. Me gustó mucho el cole, la maestra, los pupitres y el encerado. Mucho menos el enterarme de que el niño no fue a clase en todo el curso. Ahora intentamos enseñarle a leer, porque estando en 2 de primaria no tiene ni idea. Bajaré al cole cada dos semanas e intentaré colaborar con la profe a ver qué se puede hacer por él. De los padres nadie sabe nada. Sus hermanas… van por el mismo camino. Fos

Al margen de esto, seguimos rescatando sonrisas. Cantando canciones, haciendo barcos de papel y subiendo y bajando las olas. 

Este fin de semana si que voy al Machu Picchu!!!



1 comentario:

  1. Desde luego, leyendo lo que escribes sigo pensando que tienes muchisimo merito en estar ahi.
    Animo, Julia, lo estas haciendo fenomenal y te quieren muchisimo.
    Besiños

    ResponderEliminar