miércoles, 8 de diciembre de 2010

Se acerca la Navidad




Con el mes de diciembre dejamos de pintar números, letras, helados y mariposas. Ahora todo son Papá  Noeles, angelitos y árboles de navidad, en las ventanas, en las paredes, en papel bon, por todos lados. Preparamos villancicos, la obra de teatro ya tiene música y poco a poco sale sin los papeles en la mano.  Poco más de una semana y todo habrá acabado, ¿cómo es posible? Pero si llegué ayer.
Esta semana, nuevas visitas,  parece que en vez de a Perú me fui a Londres, mucho más a mano. Si me llego a haber ido a Albacete seguro que no habrían ido ni mis padres.  

Me encontré con Inés, Rosita, Eduardo y Edu en la plaza de Armas el sábado por la tarde. Llegaron en el momento perfecto porque esa mañana me despedí de Yoyi, Laura y Alex y dejaron la morriña a flor de piel. Qué rápido se acostumbra uno a los mimos. Yo que ya estaba hecha toda una guerrera cusqueña, me despedí llorando cual wawita, en frente de la iglesia de San Blas, mientras veía como se alejaban cuesta abajo. Con ellos estuve poco tiempo, pero lo suficiente como para que Inés y Rosita subieran a ver a mis niños. Nuevamente me encantó ver como disfrutaron con ellos y que sintieran esa sensación que sube por el cuerpo cuando abres la puerta del salón y 18 niños se te suben encima. Hubo un instante que temimos por la vida de Rose, a  quien perdimos de vista entre una marabunta de niños, de la que consiguió librarse poco después y no sin esfuerzo. Mañana de juegos y sonrisas viguesas. Yo empecé en el Cole Estudio con 4 años, y nada más entrar por la puerta Inés vino a buscarme para enseñármelo todo y  llevarme a la clase de María José. Teníamos la misma edad que lo locos bajitos que se le subieron encima el lunes, y desde ese día lo hemos compartido todo, día a día hasta los 18 y un poco más lejos después, pero siempre todo, lo que hace que el hecho de haber estado con ella aquí, en la experiencia más maravillosa de mi vida, haya sido mágico. 
Pero eso no es todo. El domingo por la mañana mientras terminaba mi desayuno en el Taita Home, así se llama mi nuevo hogar, escuché de lejos la inconfundible voz de Muñiz que agradecía acaloradamente a unos chicos el hecho de que le ayudaran a subir la infernal cuesta con la maleta a rastras. Abrí la puerta y allí estaba la paraguaya más dicharachera del barrio de San Blas. No nos veíamos desde San Fermines 2009, pero en un desayuno, mi segundo del día, nos empezamos a poner al día, y como ninguna de las dos habla nada se nos alargó el asunto hasta el almuerzo y el café. Me encanta la sensación de estar con una persona a la que hace siglos que no ves y que parezca que fue ayer la última vez que nos vimos.  Esas son las verdaderas amigas o por lo menos eso creo yo. Ahorita la verdadera amiga esta en el Machu Picchu, seguro que alucinando, me da envidia, porque yo ya no podré verlo por primera vez nunca más. Qué lugar.

También Muñi conoció Huchuy Yachaq, compró bocadillos de dulce de leche para todos y caramelos de sabores. Fliparon los tíos con el festín preparado por la tía Mari. Que riquiños, pedían aumentito como locos.
Hoy es feriado, Inmaculada Concepción aquí también, así que un poco de descanso no viene nada mal. Tengo que organizar 22 disfraces, los regalitos de Navidad, la fiesta del 19 en el asentamiento. No queda nada. Cuantas cosas, os iré informando, pero adelanto que será la fiesta navideña más sonada del planeta. Ya le he dicho a Papá Noel que este año se tiene que detener un poco más de tiempo en Cuzco, donde 160 niños esperan su regalo con impaciencia. Se lo prometí.

1 comentario:

  1. Ju...
    Acabo de llegar y tras deshacer maleta y organizar trastos me he metido directa en tu blog, necesitaba saber más! Cuzco se te mete dentro joé.
    Hasta hace una semana leerte era una experiencia y como te dije, me emocionaba, me sorprendía, me transmitias una ilusión enorme...te admiraba por estar ahí haciendo lo q haces!
    Pero una cosa es leer y otra es ver y sentir. Subir aquella montaña agonizando sin saber bn a donde llegaría...entrar en una clase y q quince niños corran hacia mi sin saber quien soy, me abrazen, se me cuelguen de las piernas y me achuchen... eso me paraliza.
    Y a la vez verte a ti, tan resuelta, lavando cabecitas morenas o montando un tobogan con una mesa, como si llevaras haciendolo toda tu vida... eso es mucho más de lo q yo soy capaz de expresar. GRACIAS Juliña!! no solo les aportas cosas a ellos.
    Solo te quiero decir q estes contenta, q ellos te llaman "profe" pero eres mucho, mucho mas q eso. Y q aunque te vayas, vas a estar con ellos para siempre.
    Tengo morriña de Cuzco y de ti, una mezcla rara entre el echar de menos y la felicidad de haber estado en la otra punta del mundo compartiendo eso contigo. Otro recuerdo para siempre.

    Estoy deseando abrazarte otra vez!!

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